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alumbrado de emergencia en edificios de viviendas

Alumbrado de emergencia de edificios de viviendas

¿Te has preguntado alguna vez qué pasaría si se fuera la luz en tu edificio durante una emergencia?

Imagina un corte repentino de electricidad en una situación de riesgo, como un incendio o una evacuación, sin visibilidad; cada segundo cuenta. Aquí es donde entra en juego el alumbrado de emergencia.

Este tipo de iluminación no solo guía a la salida más cercana a las personas residentes, sino que también evita situaciones de pánico. Si administras un edificio o eres parte de la junta de vecinos, entender la importancia de este sistema es crucial.

A continuación, te explicamos todo lo que necesitas saber sobre el alumbrado de emergencia en edificios de viviendas.

¿Cuándo hay que instalar un alumbrado de emergencias?

El alumbrado de emergencia no es un lujo, es una obligación en ciertos contextos. Según la normativa, este sistema es obligatorio en todos los edificios de viviendas que tengan más de tres plantas o zonas comunes amplias, como garajes o trasteros.

También, cuando hay escaleras o pasillos largos. La idea es garantizar que cualquier persona pueda salir con seguridad en caso de fallo en el suministro eléctrico.

La normativa establece requisitos claros en edificios residenciales. Las zonas comunes como vestíbulos, escaleras y pasillos, donde podría generarse una situación de riesgo si se produce un apagón, deben contar con alumbrado de emergencia. Esto incluye garajes y áreas de almacenamiento comunes.

La instalación de estas luces no es solo obligatoria para grandes edificios, pues también suele ser necesaria en inmuebles con menos de cuatro plantas, si tienen zonas comunes considerables o un número importante de vecinos.

Funcionamiento de luces de emergencia en edificios

El funcionamiento del alumbrado de emergencia es bastante sencillo, pero eficaz. Estas luces suelen estar conectadas a la red eléctrica, como cualquier otro sistema de iluminación. Sin embargo, cuentan con una batería de respaldo que se carga mientras hay electricidad.

Cuando el suministro se interrumpe, automáticamente, estas luces se activan y se alimentan de la batería, permitiendo que las personas residentes se orienten y lleguen a las salidas.

Existen dos tipos principales de alumbrado de emergencia:

  • Alumbrado de evacuación: indica las rutas de salida.
  • Alumbrado de seguridad: se usa en zonas específicas para que las personas puedan ver y actuar con calma en momentos críticos.

Estos sistemas pueden variar en duración, desde luces que están encendidas sesenta minutos hasta las que pueden funcionar por más de tres horas.

Todo depende de la configuración del edificio y las necesidades específicas de sus habitantes.

Normativa CTE para alumbrado de emergencia

La normativa CTE, o Código Técnico de la Edificación, regula todo lo que tiene que ver con la seguridad en edificios, y por supuesto, incluye el alumbrado de emergencia.

Según el CTE, el objetivo principal del alumbrado de emergencia es garantizar la evacuación segura de las personas en cualquier circunstancia. En pocas palabras, el CTE no deja margen a la improvisación.

El Código Técnico de la Edificación establece parámetros muy específicos en cuanto a dónde y cómo debe colocarse el alumbrado de emergencia, cuál debe ser su potencia y cuánto tiempo debe durar la iluminación en caso de apagón.

Esta normativa se actualiza con regularidad, para adaptarse a nuevas tecnologías y mejorar la seguridad.

Es importante que, si eres persona propietaria o gestora de un edificio, te asegures de que el alumbrado de emergencia cumple con los requisitos del CTE.

La normativa cubre desde la intensidad de luz mínima hasta el tiempo de duración de las baterías y los puntos exactos donde deben colocarse las luminarias.

Además, es fundamental que la instalación sea realizada y revisada por profesionales. Cumplir con el CTE no solo es una obligación legal, sino una medida de responsabilidad para asegurar el bienestar de todas las personas residentes del edificio.

¿Dónde se coloca una iluminación de emergencia?

El alumbrado de emergencia no se coloca al azar, ya que cada punto de luz tiene un propósito específico para guiar a las personas de forma segura.

Según la normativa, debe instalarse en lugares clave como las salidas de emergencia, los cambios de dirección en los pasillos, las escaleras, y las puertas de salida.

Las escaleras y los ascensores son zonas cruciales, puesto que en una emergencia las escaleras suelen ser la única vía de evacuación, y un fallo de iluminación aquí podría tener consecuencias graves.

Por eso, cada tramo de escalera debe contar con iluminación suficiente. Igualmente, las zonas donde cambian las rutas de salida, como las intersecciones de pasillos, deben estar claramente iluminadas.

El acceso a equipos de seguridad, como extintores o interruptores de corte de electricidad, también debe estar bien señalizado.

Además, si el edificio cuenta con un garaje, es obligatorio que esta zona esté iluminada con luces de emergencia, para evitar cualquier riesgo.

Por tanto, cualquier lugar que forme parte del recorrido hacia una salida segura debe tener su propia luz de emergencia.

¿Cómo debe ser el alumbrado de emergencia?

Finalmente, es importante conocer las características que debe tener el alumbrado de emergencia. En primer lugar, debe ser una luz clara y visible, pero sin deslumbrar, dado que su función es guiar, no entorpecer.

También, debe tener una intensidad mínima para garantizar la visibilidad en todo momento. Normalmente, se recomienda que estas luces tengan una intensidad de al menos 1 lux en el suelo, suficiente para que las personas puedan ver por dónde caminan.

Además, las luces de emergencia deben contar con un sistema de carga y batería eficiente. Lo ideal es que la batería pueda funcionar durante al menos una hora, aunque en algunos casos, la normativa recomienda una duración de hasta tres horas. Esto es clave, ya que el tiempo de evacuación puede variar según el tamaño del edificio y la complejidad de sus rutas de escape.

Otra característica esencial es la facilidad de mantenimiento. Las baterías deben ser revisadas periódicamente para garantizar que funcionarán cuando se necesiten, por ello, es importante contratar servicios de mantenimiento que incluyan inspecciones regulares y sustitución de las baterías cada cierto tiempo.

Esto asegura que, si llega el momento, las luces responderán sin problemas. No sería lógico disponer de sistemas de detección de incendios sin que los edificios pertinentes contaran con sus alumbrados adecuados ante semejante emergencia.

Como ves, el alumbrado de emergencia es mucho más que una obligación. Se trata de un recurso vital para proteger la vida de quienes habitan en un edificio.

Conocer los requisitos y cómo debe instalarse no solo te ayuda a cumplir con la normativa, sino que también proporciona seguridad y tranquilidad a las personas residentes.

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Adm_Rodichsys

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